Entonces, quizás SÍ es posible.
- Sííí, sí, sí que me gusta. Me gusta bastante. Pero es muy complicado. Demasiado complicado diría yo. No sé…
- A ver, está claro que no va a ser fácil. Pero solo necesitamos sumar unas cuantas decenas de visionarios que entiendan todo lo que este proyecto nos puede llegar a aportar a la comarca en general. ¡Puede ser algo muy chulo e interesante!
- Solo eso, ¿no? Jajaja Unas cuantas decenas… ¡Déjalo! La idea es buena. Suena muy bien, es verdad. Pero pufff, ¿tú crees que merece la pena meterte en ese fregao ahora? ¿Qué necesidad tienes? Con todo el trabajo que conlleva, exposición… ¿Has pensado por qué no se ha hecho algo así, aquí, hasta ahora? No sé… Por algo será, ¿no? ¡Y te va a costar un dineral!
- ¡Será mejor de lo que imaginas! Lo vamos a hacer… hay que sumar a más gente. Solo eso.
(Rubén ya no escuchaba demasiado. El proyecto se iba a desarrollar. Llevaba años haciendo testeos. Ya estaba decidido. Sentía que era el momento.)
Dos semanas más tarde
- ¿Cómo se va a llamar? ¿Tienes algo en mente?
- Me gusta: El Reto.
- No es un reto, ¡es un pedazo de reto! jajaja
- No es el reto… es… El GRAN RETO. Sí, ¡ese me gusta aún más! El Gran Reto… ¡de la Vega Baja!
- El 1er Reality de la comarca. Así lo vamos a anunciar.
- La verdad que suena muy chulo…
- Y lo he estado comentando y ¡a la gente le encanta la idea!
Esta es una conversación completamente real, quizá un poco parafraseada, ya que con el tiempo las palabras se desdibujan de la memoria de uno. Pero fue, más o menos, así.
1 mes más tarde, el proyecto ya estaba sumando visionarios y visionarias.
Dos años más tarde, estamos escribiendo estas palabras.
Ya sabéis que a veces, lo mejor es “cocinar a fuego lento”.
Esperamos que os guste.